Hoy me levanté muy temprano sintiendo una opresión en el pecho.
Angustia y agobio. Tenemos un viaje en puerta que lleva meses ilusionándome mucho. Una escapada que necesita obligatoriamente una visa canadiense, la cual solicitamos hace más de dos meses y seguimos esperando una respuesta.
Frustración de no tener noticias, de no poder hacer nada, de pensar en la posibilidad de perder el viaje como conclusión de lo más caótico. En fin, esta situación me ha tenido en un sitio vulnerable los últimos días, y hoy encontré un gran aprendizaje en este proceso.
Con el nudo en la garganta y la opresión en el pecho, me puse a respirar profundo, consciente de lo que estaba sintiendo y, sobre todo, pensando: puro caos de cosas que no puedo controlar. Escuché clarito el diálogo interno dando vueltas en el laberinto que no tiene salida.
Empecé a manejar rumbo al aeropuerto, teniendo una conversación en silencio conmigo...
Escuché clarito el diálogo interno dando vueltas en el laberinto que no tiene salida. Empezó a provocarme taquicardia. ¿Será esto un ataque de ansiedad?
Empecé a respirar profundo, queriendo redirigir mis pensamientos. Pensando en todas las personas que lo viven constantemente. Sentirme desregulada en instantes, fuera de mí y en un círculo gris sin alternativas. Duré así un par de minutos y pude ver, clarito, cómo las cabras se me estaban trepando al monte, y dije: ¡ahhhh noooo, vénganse para acá!Preguntándome por los peores escenarios de esta situación e invitándome a ampliar el panorama. Lo peor: perder el viaje y nuestro dinero.
Es todoooooo. Uuuuffffff, qué paz reconocer que, aunque no es lo que deseo, no es una situación de vida o muerte. Pero cuando una está ahí metida, ¡híjole!, de veras que sí lo vives así.
En eso, como acto de magia, salió una canción en la radio:
“Somewhere over the rainbow
Way up high
And the dreams that you dreamed of
Once in a lullaby”
Puuum, sonreí sin planearlo. Una Cristy de mi interior me invitó a traer a mi mente los recuerdos en los que me he sentido muy feliz y he estado agradecida.
¡¡Muchos, por fortuna!!
Seguí respirando y solo… PENSANDO.
Me IMPACTÓ ver lo que sucedía en mi cuerpo…
Mi ritmo cardíaco se estabilizó, la opresión en el pecho disminuyó.
Empecé a ver un rayito de claridad, dándome opciones para vivir este día, esta situación y este momento. Durante el vuelo, un cielo precioso, unas nubes que sentía me abrazaban, diciéndome que todo estaría bien. Aterricé en CDMX decidida a enfocarme en la magia de este día. Abierta y receptiva a los mensajes, las palabras y las personas con las que hoy cruzaré en el camino.
Cambiando el chip mental, recordándome constantemente que nuestro observador crea nuestra realidad. Aprendiendo demasiado de este lapso, de lo que provoca el estrés en mi cuerpo y, mucho más, de las conversaciones que alimento.
Una vez más recuerdo y reafirmo que:“Donde pones tu atención, pones tu energía.” — Joe Dispenza.
Llegué a esta ciudad preciosa, nublada. Desayuné con dos amigas hermosas que amo y admiro, y recargaron mi energía. Me fui a la Embajada Canadiense, luego a las oficinas de atención, mandé los correos necesarios y me asesoré sobre las posibles opciones en este momento. Me vine a tomar un café mientras aterrizo las ideas, mando otro e-mail y escribo este texto.
Aquí vamos, haciendo lo que podemos dentro de lo que hoy conocemos. Toca ESPERAR y, sobre todo, CONFIAR.
Ya les contaré en qué acaba esta historia, haha, deseo profundamente que sea platicándoles del viaje y mostrándoles algunas de las fotos que ya estoy visualizando montar en un siguiente post.
Gracias por leer.
Manden su buena vibra.
Amaría ver todos tus escritos en un reel solo así contando , el storytelling con tu forma de hablar sería lo máximo en el mundo ❤️😍😍😍 ya lo tienes solo después de escribirlo hablalo en un reel 🙏🏻🙏🏻🙏🏻🙏🏻🙏🏻🙏🏻🥹❤️❤️❤️ te amo y estarás en ese viaje
Si se puede! Te amo